EL 6 DE ABRIL DE 1943 SE PRESENTÓ LA 1° EDICIÓN

El 6 de abril de 1943, el escritor y aviador Antoine de Saint Exupery publicaba la primera edición de «El Principito».Lo que no se conoce tanto de este libro, es la persona a quien Saint Exupery dedicó su obra: Léon Werth. ¿Quién era León Werth? Un novelista, ensayista, crítico de arte y periodista francés. Pero particularmente, un libertario, un antimilitarista, poeta y observador, amigo de pintores y de grandes aventureros. Saint-Exupéry conoció a Werth en 1931 y pronto se convirtió en su mejor amigo. Werth no tenía mucho en común con Exupéry, era anarquista, y su padre era judío.

Tenía veintidós años más que Saint-Exupery, y un estilo de escritura surrealista. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, Werth luchó durante quince meses en el frente, hasta que fue herido para toda la vida en el alma y se convirtió en un profundo pacifista. Escribió sobre la guerra con tal sinceridad que su obra provocó un escándalo. Saint Exupery, a quien conoció en 1931, escribió de él cuando los nazis entraban en París: «Quien esta noche me obsesiona la memoria tiene cincuenta años. Está enfermo. Y es judío. ¿Cómo sobrevivirá al terror alemán? Para imaginarme que todavía respira tengo que creer que, refugiado en secreto por la hermosa muralla de silencio de los campesinos de su aldea, el invasor lo ha ignorado. Solamente entonces creo que todavía vive.

Solamente entonces deambular a lo lejos en el imperio de su amistad —que no tiene fronteras— me permite no sentirme emigrante, sino viajero. Pues el desierto no está allí donde uno cree». Pero Léon no estaba en París. Sino en el Jura (Suiza). Allí llevó un diario cuyo manuscrito consiguió entregar en mano a su amigo Antoine. El manuscrito sólo se encontró en 1992 y fue inmediatamente publicado. «Amigo mío, tengo necesidad de ti como de una cumbre donde se puede respirar. Tengo necesidad de acodarme junto a ti, una vez más a orillas del Saona, sobre la mesa de una pequeña hostería de tablones desunidos, y de invitar allí a dos marineros en cuya compañía brindaremos en la paz de una sonrisa semejante al día. Si todavía combato, combatiré un poco por ti».

FUENTE: Revista Sudestada