Agustín Quiñones, el chico asesinado

Las novedades en el atroz crimen

Ayer por la mañana la tranquilidad se quebró en las inmediaciones de San Esteban. De un sólo disparo en el rostro le quitaron la vida a Agustín Quiñones, un joven de 18 años, que quiso colarse en una fiesta junto con amigos. El chico, probablemente borracho, comenzó a amenazar para acceder a la quinta La Lorita en Berutti y Jacarandá, en los fondos de San Esteban. Luego de disparos disuasorios tomó la pistola Lucas Giacomini y le disparó directamente a la cabeza. Quiñones se desplazó unos metros por el impulso de la bala y cayó sin vida.

El dueño de la pistola 9mm usada para el crimen, de 22 años y apellido Fligliomeni fue detenido en Arribeños al 5.000 de Villa Luzuriaga, mientras la policía tendría casi ubicado al asesino. En tanto allegados y familiares de Quiñones organizan una colecta para poder afrontar los gastos de los servicios fúnebres.

En cuanto a quien era quién en esta historia se tejen distintas versiones. En principio de habló de un evento social en la casa quinta, con adultos, lo que hacía inverosímil lo ocurrido. Al poco tiempo se supo que a través de las redes se había organizado una juntada de jóvenes donde habría corrido bastante alcohol. Por otra parte, del lado del fallecido aseguran que «el chico sólo quería ingresar al lugar ya que la convocatoria virtual no invitaba a nadie en particular. Un amigo de la víctima nos aseguró que «el pibe era algo mal llevado, que no siempre se emborrachaba, y sabía que en la fiesta estaba la chica que a él le gustaba. Pero en ningún momento actuó con violencia.«

Por el otro lado, Noemí J. asegura que «es moneda corriente que haya chicos que quieren colarse y se ponen densos».

Como haya sido no puede arrogarse nadie la violencia, y menos a través de un arma y disparando, para solucionar un conflicto. Es de esperar que el asesino sea hallado pronto y, justicia por medio, pague por lo que hizo. Hasta ahora la carátula de «homicidio simple» le augura de 8 a 25 años tras las rejas.