DESPUÉS DE SIETE AÑOS SE DESPIDE DEJANDO UN BUEN RECUERDO Y MUCHOS AMIGOS

El padre Ramón Costilla se hizo cargo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cañuelas el 15 de enero de 2017 por decisión y nombramiento del entonces obispo diocesano de Gregorio de Laferrere Rvdo. Padre Gabriel Barba. Éste, en forma sorpresiva, había decidido el relevo del padre Walter Bejarano quien sólo hacía un año estaba a cargo de nuestra Parroquia. Bejarano, a quien le gustaba la política y la gestión de los recursos del Estado para los más humildes, se había sumado al gabinete del entonces intendente Gustavo Arrieta. Esto no le resultó agradable al obispo quien lo reemplazó por el Padre Ramón.

Había nacido en 1958 en la zona rural de la provincia de Tucumán donde trabajó desde chico en la cosecha de caña de azúcar y de tabaco. En su juventud se trasladó a Buenos Aires donde siempre trabajó y a comienzos de los 80 comenzó el seminario y se ordenó  sacerdote en 1991. Durante una década condujo los destinos de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Rafael Castillo.

Siempre había sido un hombre de perfil bajo y de una profunda vocación y humildad. Esas fueron las condiciones que le habían hecho al obispo decidirse para reemplazar al ex Director de Adicciones del Gobierno Municipal. El padre Costilla fue y es  apreciado precisamente por su silenciosa y constante tarea pastoral en la Comunidad. Su andar pausado pero permanente hicieron querido a este sacerdote de piel bronceada y pelo canoso. Su incansable prédica entre los fieles le fue dando con el correr del tiempo la confianza de la grey católica cañuelense.

Costilla es un hombre que no comulga con la política. A lo largo de sus siete años en Cañuelas fue dejando su bronca por lo que consideraba injusticia social que se volcaba sobre los más humildes. La legalización del aborto terminó de minar su paciencia y la de su concepción  humanista de la vida, de las relaciones y de los seres humanos. Aún espera una vuelta atrás en aquella decisión pseudo progresista y populista.

Si bien su bajo perfil y su distancia  de la política lo alejaban  de las relaciones oficiales Ramón Costilla forjó un cálido vínculo con Marisa Fassi. Presidió junto a la Intendente Municipal numerosos actos públicos oficiales y forjó en base a la calidez humana una cercanía “oficial” que seguramente trascenderá en el tiempo.

Una de las mayores cualidades  que lo hicieron querido en Cañuelas fue la permanente voluntad de diálogo y acercamiento del párroco. Siempre dispuesto a tender una mano a los más necesitados o una charla  cuando de lograr un objetivo se trató.

Sin dudas es una personalidad que se extrañará en la Iglesia local. Esta Parroquia por la que pasaron tantos sacerdotes conservadores, duros y amantes del poder, va a extrañar la figura humilde y sin ampulosidades del sacerdote que hoy se aleja físicamente. Desde Cañuelas Digital lo saludamos cálidamente y le deseamos el mayor éxito en la labor pastoral que lo espera en la Parroquia de González Catán.