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MARIO MICELI TRATÓ DE INMORAL A GERMÁN HERGENRETHER, PERIODISTA DE EXTENSA Y PROFESIONAL TRAYECTORIA LOCAL

Cañuelas Digital repudia enérgicamente las palabras vertidas por el dueño de Urbana y «dirigente social» MARIO MICELI quien se refirió a la empleada municipal Allejandra Pescio como que «en 40 años de empleada municipal no consiguió ni flores de plástico para Uribelarrea» y al reconocido periodista local Germán Hergenrether como «tiene menos ética y moral que Hitler». Estas afirmaciones las realizó en su cuenta de Facebook.
Es inadmisible que en el Siglo XXI existan aún personas supuestamente públicas con semejante nivel de intolerancia y agresividad incompatibles con un Estado de Derecho y de convivencia socio comunitaria. Más allá de las razones que pudiere invocar el agresor, se impone enfrentar los conflictos en forma pacífica sin agresiones físicas ni tampoco verbales. Miceli que forma parte del Frente Unión x La Patria debiera conocer la frase del líder Juan D. Perón quien afirmó que «La Fuerza es el Derecho de las Bestias»:
Todo se inició con incidentes que vienen aconteciendo en Uribelarrea y que tendrían vinculación con asistentes a Urbana, la bailanta que funciona en la sede de la Sociedad de Fomento y de la que Miceli es dueño.
Pescio es una agente municipal que no tiene entre su responsabilidad «llevar» beneficios a ninguna zona del distrito y Germán Hergenrether, que cubrió las informaciones que molestaron a Miceli, cumplió algo más de 30 años de trayectoria profesional siendo periodista de Canal 4, durante años editor de «El Ciudadano Cañuelense» y fundador y responsable del primer Portal de Noticias de nuestra ciudad «INFOCAÑUELAS» hace 18 años.
Nos solidarizamos con Germán, a quien conocemos y de quien valoramos su profesionalismo y seriedad con el manejo de la Información.
Como periodistas y colegas no podemos menos que preocuparnos por la aparición de estos lamentables hechos de intolerancia y violencia que no se compadecen con la búsqueda de la convivencia en armonía de una sociedad que, en su más enorme mayoría, esperan el final de las confrontaciones en que no impere la palabra.
