A pesar de que aún falta nivel de agua mejoran las condiciones y comienza a recuperarse.
Si bien el paisaje de las lagunas secas o con bajísimo nivel de agua no ha variado en su gran mayoría, después de un par de semanas de lluvias, hay ámbitos que han mejorado el panorama por lo menos, como la Laguna de Lobos. El atractivo para pescadores vecino a nuestra ciudad se recupera, aunque de población íctica y mucho menos de pesca, aún no se puede hablar, ya que para ello hace falta todavía mucho tiempo… y lluvia, ya que nuevamente hemos caído en un período sin precipitaciones y, sumado al frío invernal y sus consecuentes heladas, una proyección complicada en el corto plazo.

En ese contexto, es buena noticia saber que tres espejos han elevado su cota y presentan un futuro alentador. Mencionamos a la laguna de Lobos que, de solo contar con unos manchones de agua, en la actualidad se puede hablar que ya tiene lugares que oscilan entre los 60 y 70 de profundidad, como así también los arroyos cercanos, que han vuelto a tener agua, como Las Garzas y El Quemado entre otros.
Hay expectativa que vuelva la pesca pronto, como pasó en algunos espejos que se quedaron sin agua y ya van teniendo actividad. Similar presente entrega la laguna Salada de María Monasterio, que había descendido peligrosamente y secado casi su napa surgente, hoy por hoy muestra un crecimiento notable, si bien no es el ideal, ya se permiten los ingresos de embarcaciones con motores, y quienes la conocen y siguen los consejos de sus propietarios, ya realizan alguna captura de pejerrey gareteando al medio como de carpa, la cual pica mejor si cebamos bastante la zona de pesca, de acuerdo a lo que nos contaban desde el pesquero. Se espera que Lobos siga una mejora similar para beneplácito de los amantes de la pesca y turismo en general.
