Realmente en Cañuelas se lo notó muy nervioso o demasiado guionado
El Presidente pasó ayer por Cañuelas. En su discurso se mostro demasiado nervioso. A los gritos, y con su clásico dedo acusador, atacó al Gobierno de Macri coronando un repetido argumento que ya habían usado quienes hablaron antes. El «Ah pero Macri» pareció ser los únicos ejes de los discursos. Quizá el mandatario se haya sentido incómodo sentado al lado de Kicillof que en los últimos días lo está arrinconando con críticas tal como lo hace La Cámpora cada vez que alguno de sus integrantes toma un micrófono.

El Presidente montó un acto a gusto. Salvo que cada vez tiene menos gente propia que lo acompañe. Ayer, sólo el Ministro Katopodis le respondía. El resto eran todos dirigentes que reportan a CFK y a Máximo.
Macri en el orden nacional le respondió : “Está fuera de sí, desencajado”. El líder del PRO se refirió a los dichos del Presidente, que lo tildó de “ladrón de guante blanco”. “Es un disparate, está fuera de quicio”, sentenció el ex mandatario.


El Radicalismo local también salió a responderle. Iturmendi, presidente del Partido y del Boque de Concejales twitteó: «Da vergüenza ajena el Presidente en Cañuelas. Insulta a la oposición buscando el aplauso de los propios que, aunque lo detestan, le festejan esa expresión de pseudocoraje. Invita a Intendentes de la Oposición para insultar al espacio al que pertenecen.»
La Concejal radical Claudia Pereleteguy, en tanto, «No tiene altura moral Alberto Fernández para pedir que la justicia se dignifique cuando él compró impunidad por la módica suma de $ 1.600.000. La impunidad tiene precio, Sr. Presidente, porque Ud. la compró.»
Evidentemente el Presidente, que prometió en campaña cerrar la grieta, la está incentivando por impotencia al no poder siquiera mantener el espacio que lo eligió.

