A cargo del Elenco de Teatro Popular de UNDAV se presentó este sábado en el salón del H.C.D

Este sábado se presentó en Cañuelas el Elenco de Teatro Popular de la Universidad de Avellaneda en el Salón del Concejo Deliberante. Llevaron adelante una excelente puesta de la obra “Las Troyanas” de Eurípides-Sartre en versión libre de Giselle Ercolano y Mabel Decoud.

Desde el comienzo del espectáculo el público pudo apreciar una atrapante  aunque  simple escenografía que incluía la presencia estática de 9 actrices y actores que representarían a los Muertos de Troya y al Coro de Troyanas. Con una atrapante actuación de los principales intérpretes comenzó a tomar presencia en el escenario la Reina de Troya  Hécuba, el Dios Poseidón, la Reina  Palas Atenea, Casandra, el Mensajero, Casandra, Andrómaca, Menelao y Helena de Troya.

¿Por qué las Troyanas?

Según el mito homérico, Helena fue raptada por el príncipe troyano Paris. Para rescatarla, su esposo el rey de Creta, Menelao, le solicita ayuda a su hermano Agamenón y juntos convocan a todo el ejército griego para rescatarla. Después de sitiar a la ciudad amurallada, en la que reinan Príamo y su esposa Hécuba, durante 10 años y de innumerables luchas y muertes de héroes de uno y otro bando en las playas troyanas, Ulises (Odiseo) crea un ardid: Retirar los ejércitos y naves haciendo creer que se han rendido y dejar un gran caballo de madera como homenaje a los vencedores. Escondidos dentro de él, una decena de soldados esperará que la ciudad fortaleza duerma para abrir las puertas y permitir que los griegos invadan y maten a todos los hombres. Así lo hicieron y destruyeron Troya.

La cultura arcaica griega, insular sobre todo, poseía dos valores supremos: El Honor de vencer o morir en batalla y la Hospitalidad (La obligación de recibir y dar sustento y cobijo a cada navegante que recalara en las costas, imprescindible para la sobrevivencia en esas islas tan inhóspitas pérdidas en el Egeo). Paris infringió la segunda, traicionando a Menelao, y Ulises la primera. Su trampa, aunque eficiente, no merecía respeto.

Entre las decisiones caprichosas e interesadas de sus dioses y las pasiones, egoísmos y sinrazones humanas, se debaten las vidas de las mujeres troyanas que quedan como despojos del odio y de la guerra.

La obra y su representación por parte del elenco de la UNDAV son, sin duda, merecedores  del “aplauso de pie” que le brindó  el público de Cañuelas. Es de destacar que espectáculos como este contribuyen al teatro en particular y al arte y cultura en general por lo que se espera que sigan visitando nuestra ciudad.