SUCEDIÓ LUEGO DE PRESUNTAS IRREGULARIDADES EN LA PRIMARIA DE LOS POZOS
Una gran cantidad de docentes se encuentran indignados por la exposición pública en redes que se realizó de una maestra primaria a quien la acusan de conductas indebidas con sus alumnos. El día de ayer se hizo pública una carta firmada por madres de alumnos de un curso de la Escuela Primaria de Los Pozos. El hecho es complejo y aún dudoso. Según publicaciones en redes se denuncia que «todos los chicos dijeron que la maestra tenía olor a porro». Se habla de varios chicos descompuestos, vómitos, irritación ocular, etc. Sin dudas es un hecho a investigar. El régimen educativo que no es, precisamente, permisivo con los docentes permitirá seguramente averiguar lo sucedido. No se trata de minimizar la posibilidad de que un hecho reprochable haya ocurrido. Como duda surgiría si «todos los chicos del curso, que son de primaria, conocen el olor a porro».
Pero lo que no puede, o mejor dicho no debe, ocurrir es el escarnio público y la exposición de una trabajadora sino existen constancias fidedignas e irrefutables de culpabilidad. No se debe jugar con la honra y la integridad de las personas. Se entiende por supuesto la indignación y bronca de padres ante la sola posibilidad de maltrato infantil. Pero tampoco la justicia por mano propia es la salida. Porque después de la condena social nadie se encarga de limpiar la imagen del afectado. Porque se promueve una cacería morbosa tras una persona que aunque luego demuestre inocencia, ya estará dañado y perjudicado.
Un caso testigo
Muchos son los casos en que docentes son desplazados de sus trabajos por denuncias de supuestos hechos irregulares. Pocos, o casi ninguno, los que se han probado. Para muestra valga citar el caso de un profesor de música de una escuela primaria que, ante una sospecha fue desplazado hace unos 7 años. Denuncia penal por medio, fue declarado inocente por el juez en lo penal criminal actuante. Ante la apelación , la Cámara de apelaciones en lo Penal Criminal confirma el sobreseimiento. Esto ocurrió hace más de un año. Aunque parezca mentira el profesor sigue alejado de su cargo. El Estado Provincial a través de la Dirección de Educación sigue sin actuar conforme la Justicia ordenó la inocencia. Pero peor, mucho peor, es la condena social que nadie se ocupa de lavar.
Habría que ser prudentes al momento de mencionar un nombre. Y mucho más al momento de hacer una denuncia. Esa persona que recibió un ataque artero por las redes, puede ser inocente y no merecerlo.